Lot Essay
The son of the Augsburg battle painter Johann Lorenz Rugendas, Johann Moritz Rugendas first travelled to Latin America in 1821 to join Langsdorff's expedition in Brazil. He worked for four years in Brazil, returning to Europe to prepare his sumptuous Voyage pittoresque dans le Brésil for publication in French and German editions (see lots 12 and 12A) between 1827 and 1835. With Humboldt's encouragement he returned to Latin America in 1831 travelling for the following fourteen years in Mexico, 1831-4, in Chile where he settled from 1834-45 with excursions to Argentina in 1838, to Bolivia and Peru in the early 1840s, to Argentina and Uruguay in 1845 and to Brazil before his return to Europe in March 1847: 'His fourteen years of travel and work took him ... to seven countries, from Mexico to Chile, from coastal lands to the remote interior, where he moved among the people at all levels of post-Independence society, recording the human scene in its daily ambience and natural phenomena in their geographical setting. He singled out many types of individuals and their occupations, and was often exposed to danger when protecting friends fleeing political arrest in Mexico, or while witnessing violent events such as el malón, a raid in which Indians destroyed white settlements and seized captives, in Argentina ...' (D. Ades, Art in Latin America, London, 1989, pp. 50-52).
Rugendas's famous series of paintings on the subject of Indian raids in Chile and in Argentina was inspired by his first visit to Argentina in 1838: 'Cuando Rugendas se encontraba en Mendoza llegó la noticia de un vandálico asalto levado a cabo por indios pehuenches contra una posta de correos en el sur de la provincia. El tema del malón fue una verdadera obsesión en el ideario artístico de Rugendas. Conocer la naturaleza y el hombre aborigen fueron quizá los motivos primeros que le indujeron a la gran aventura americana. ... Éste es el origen de una serie de veinticinco trabajos descriptivos del malón, algunos apenas esbozados, otros, cais todos, impregnados de romántico dramatismo. ... El rapto fue uno de sus más celebrados temas. Es el momento culminante de la lucha. Las cautivas son arrebatadas por los indios. El combate individual del indio raptor, con sus cimbreantes boleadoras, contra el guacho armado de lanza y cuchillo, tiene un vivo dramatismo, acentuado por la violencia de las líneas y la movilidad del dibujo. ... Rugendas dibujó esta serie de estudios sobre el malón probablemente bajo la impresión de la lectura del poema La cautiva, de Esteban Echeverría, que el artista tuvo en sus manos en 1839. ... Al pasar por Buenos Aires, en 1845, pintó un hermosísimo óleo, romántico si los hay, sobre El rapto de la cautiva, en la serie de cuatro que ejecutó para Adolfo van Praet, hoy en la colección de Domingo E. Minetti, Rosario de Santa Fe. Según lo que refiere Teodoro Vilardebó (infra), a su paso por Río de Janeiro expuso El rapto y El regreso de la cautiva, el primero de los cuales obsequió al Emperador. He visto personalmente un óleo de gran tamaño, en precarias condiciones de conservación, en el Palacio Municipal de Augusburgo, y tengo en mi colección, El regreso de la cautiva, de la misma procedencia, que quedó inconcluso, casi terminado, a la muerte del artista. Corresponde al dibujo No. 24, Retour, de la serie de El malón. He dicho ya que Rugendas ejecutó estos dibujos y pintó los óleos correspondientes en una versión paralela al poema de Echeverría, La Cautiva, y quizá también de La Guitarra, Volveré más adelante sobre ello, pero no podía omitir esta primera referencia a los trabajos de Rugendas sobre el malón, pues ellos son consecuencia directa del viaje que el artista hizo a nuestro país en 1838.' B. del Carril, Mauricio Rugendas (Artistas extranjeros en La Argentina), Buenos Aires, 1966, pp. 24-6.
Rugendas's famous series of paintings on the subject of Indian raids in Chile and in Argentina was inspired by his first visit to Argentina in 1838: 'Cuando Rugendas se encontraba en Mendoza llegó la noticia de un vandálico asalto levado a cabo por indios pehuenches contra una posta de correos en el sur de la provincia. El tema del malón fue una verdadera obsesión en el ideario artístico de Rugendas. Conocer la naturaleza y el hombre aborigen fueron quizá los motivos primeros que le indujeron a la gran aventura americana. ... Éste es el origen de una serie de veinticinco trabajos descriptivos del malón, algunos apenas esbozados, otros, cais todos, impregnados de romántico dramatismo. ... El rapto fue uno de sus más celebrados temas. Es el momento culminante de la lucha. Las cautivas son arrebatadas por los indios. El combate individual del indio raptor, con sus cimbreantes boleadoras, contra el guacho armado de lanza y cuchillo, tiene un vivo dramatismo, acentuado por la violencia de las líneas y la movilidad del dibujo. ... Rugendas dibujó esta serie de estudios sobre el malón probablemente bajo la impresión de la lectura del poema La cautiva, de Esteban Echeverría, que el artista tuvo en sus manos en 1839. ... Al pasar por Buenos Aires, en 1845, pintó un hermosísimo óleo, romántico si los hay, sobre El rapto de la cautiva, en la serie de cuatro que ejecutó para Adolfo van Praet, hoy en la colección de Domingo E. Minetti, Rosario de Santa Fe. Según lo que refiere Teodoro Vilardebó (infra), a su paso por Río de Janeiro expuso El rapto y El regreso de la cautiva, el primero de los cuales obsequió al Emperador. He visto personalmente un óleo de gran tamaño, en precarias condiciones de conservación, en el Palacio Municipal de Augusburgo, y tengo en mi colección, El regreso de la cautiva, de la misma procedencia, que quedó inconcluso, casi terminado, a la muerte del artista. Corresponde al dibujo No. 24, Retour, de la serie de El malón. He dicho ya que Rugendas ejecutó estos dibujos y pintó los óleos correspondientes en una versión paralela al poema de Echeverría, La Cautiva, y quizá también de La Guitarra, Volveré más adelante sobre ello, pero no podía omitir esta primera referencia a los trabajos de Rugendas sobre el malón, pues ellos son consecuencia directa del viaje que el artista hizo a nuestro país en 1838.' B. del Carril, Mauricio Rugendas (Artistas extranjeros en La Argentina), Buenos Aires, 1966, pp. 24-6.